Entre nieblas y sol, este Domingo de reyes, subimos al refugio de Arritxulo sin madrugar demasiado, con la idea de hacer una vuelta, iendo hasta la cima de Izu y pasando por Bianditz en el camino de retorno.
28 kilometritos y algo más de 1200m de desnivel acumulado, que no están nada mal para estos comienzos de año en el que estamos empezando a quitar la carbonilla al motor.
Partimos del refugio de Arritxulo, y cogiendo la pista que justo antes del túnel sale por la derecha de la carretera, ganamos altura y nos adentramos en el bosque por la pista que continua de frente.
Seguimos esta, ganando más altura cada vez, y cogiendo varios cruces, hasta pasar justo por debajo de la cima de Bianditz.
Continuamos por la pista y enseguida el paisaje se abre ante nosotros. La niebla que ahora está más abajo forma un mar de nubes y solo las cimas más altas sobre salen como pequeñas islas.
En el siguiente cruce de caminos, tomamos la fuerte pendiente de la derecha, una pista de cemento que nos lleva a la loma que une Bianditz con Izu.
Cruzamos la valla y seguimos el sendero en dirección a Izu.
Justo donde comienza el bosque, se inicia la subida a Izu. Un sendero más o menos trialero, que es de gozarlo tanto en la subida como en la bajada.
Al salir del bosque, llegamos al cruce de caminos donde tomamos hacia la izquierda el sendero por la loma que nos conduce a la cima de Izu. Algo exigente en sus primeros metros.
Un par de golpes de pedal más y estamos en la cima.
Ahora toca disfrutar del espectacular paisaje con el mar de nubes.
Un breve picoteo para recuperar lo gastado y emprendemos la vuelta por el mismo sendero de la ida. Ahora seguimos este sin abandonarlo en el punto donde lo cogimos, y continuamos hasta la borda de los cazadores, donde empieza el fuerte repecho hasta la cima de Bianditz. Tenemos que empujar la bici algun que otro tramo.
Metros finales de la subida y de nuevo el mar de
nubes nos rodea y se conbina con la luz del atardecer.
Gozamos por unos minutos del premio, y antes de que se nos haga de noche, emprendemos el descenso por la empinada loma de Bianditz, que atravesando la densa capa de nubes nos conduce hasta el refugio de Arritxulo. Punto final de nuestra vuelta del día de reyes magos.
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