Si algo bueno tiene este deporte, (entre otras cosas, claro está), es que cada vez hay más chicas que se animan a darle duro a los pedales y hacer cabriolas endureras. Un buen ejemplo a seguir es Hannah Barnes, que nos enseña como juega en los alrededores de su casa de Fort William (Escocia) con su máquina rosita, y anima al resto de compañeras a subirse a las monturas .
Podemos saber de primera mano, o imaginarnos, el trabajo y esfuerzo que supone recuperarse de una lesión importante y ponerse a punto de nuevo. En este caso Chris Akrigg nos da un ejemplo de autosuperación, al recuperarse de su baja tras destrozarse el femur. Un soplo de animo para aquellos que están en parada forzada.
Ya por último, aquí va Sam Pilgrim con una vueltecilla de lo que el denomina Cross Country. Un paseillo alrededor de su casa, que a más de uno se nos atragantaría como un hueso de aceituna, al ritmo al que el lo lleva.
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